Me parece importante que analicemos lo que ocurrió ayer y que, por desgracia, ocurre con frecuencia en algunas movilizaciones convocadas para realizar protestas por diferentes temas.
Quienes incurrieron en actos de violencia son, en su mayoría, grupos anarquistas que consideran que con estas acciones se radicaliza y fortalece la lucha, entre ellos, es muy probable que el gobierno infiltre algunos provocadores para exacerbar las confrontaciones y al mismo tiempo que se sumen algunos oportunistas que sin ningún sustento ideológico buscan aprovechar la ocasión para generar desmadres o saquear comercios, como algunos lo hicieron y de lo cual hay imágenes.
Sin embargo no se puede negar que la mayoría son compañeros de lucha aunque no compartamos sus métodos. Cuando comenzaron sus acciones el grueso del contingente comenzó a gritar “Fuera porros de la UNAM”, “el que no brinque es porro” y algunas otras consignas en las que quedaba claro el repudio de la inmensa mayoría de los manifestantes a dichas acciones. Insisto, la mayoría de estos chavos no son porros, la mayoría tienen un (aunque endeble) sustento ideológico y creen que es así la mejor forma de manifestarlo. ¿Que debe hacer el contingente?
Creo que se actuó de forma correcta. El contingente debe de aislar estos grupos y evidenciar su actitud, ¿por qué? Simple y sencillamente porque la marcha no estaba convocada para eso. Porque se escudan en una movilización de masas para imponer a la inmensa mayoría conductas que no son aprobadas por los demás y después exigen su respaldo, exigen que no los señalen, que los apoyen e incluso buscan protegerse ante el contingente. Estas acciones son muy fáciles de infiltrar por la policía para reprimir un movimiento pacífico y legítimo.
Considero que los compañeros que crean en lo que ellos llaman “la acción directa” tienen todo el derecho a creer en ello, a practicarlo y a ejercer su tipo de lucha. Pero no escudados en una inmensa mayoría que no está de acuerdo con esa metodología e incluso la repudia, exponiendo a todos por igual a una represión que se evitó gracias a la prudencia de los diferentes contingentes que supieron diferenciarse de los grupos que querían imponer la confrontación.
Si los compañeros anarquistas quieren realizar estas acciones, que se convoquen explícitamente para ello, que vayan los que estén de acuerdo y que corran el riesgo que decidan correr sin exponer a quienes no comparten su visión. Además en algunos momentos sus acciones rayan en una cobardía inadmisible pues agreden a los grupos policiacos que se encuentran impedidos por órdenes superiores para defenderse, agreden a policías, seres humanos, que no les queda más que soportar la agresión.
Los miembros de las corporaciones policiacas también son explotados y pueden ser potenciales aliados si en lugar de agredirlos irracionalmente tratamos de convencerlos de sus situación de explotación y la posibilidad de cambiarla si luchan organizadamente al lado del pueblo. Estoy completamente de acuerdo con el derecho a la autodefensa, cuando el policía, en su papel de aparato represivo del Estado, agreden a los contingentes, estos tienen el derecho a confrontarlos y defenderse. Es incluso una necesidad organizativa, pero a un policía inmóvil, que únicamente está haciendo su trabajo, que no esta agrediendo, que se encuentra parado e impotente ante órdenes superiores que le impiden responder la agresión, agredirlo, me parece un acto de cobardía. Cobardía que se refuerza cuando dan a los policías la orden de defenderse y entonces los “valientes revolucionarios” que segundos antes los agredían a mansalva, corren despavoridos, y los que son detenidos se quejan y acusan de represión. El movimiento debe sustentarse en valores morales profundos, de otra forma no hay diferencia entre lo que somos y lo que combatimos, lo que pretendemos cambiar.
Quienes incurrieron en actos de violencia son, en su mayoría, grupos anarquistas que consideran que con estas acciones se radicaliza y fortalece la lucha, entre ellos, es muy probable que el gobierno infiltre algunos provocadores para exacerbar las confrontaciones y al mismo tiempo que se sumen algunos oportunistas que sin ningún sustento ideológico buscan aprovechar la ocasión para generar desmadres o saquear comercios, como algunos lo hicieron y de lo cual hay imágenes.
Sin embargo no se puede negar que la mayoría son compañeros de lucha aunque no compartamos sus métodos. Cuando comenzaron sus acciones el grueso del contingente comenzó a gritar “Fuera porros de la UNAM”, “el que no brinque es porro” y algunas otras consignas en las que quedaba claro el repudio de la inmensa mayoría de los manifestantes a dichas acciones. Insisto, la mayoría de estos chavos no son porros, la mayoría tienen un (aunque endeble) sustento ideológico y creen que es así la mejor forma de manifestarlo. ¿Que debe hacer el contingente?
Creo que se actuó de forma correcta. El contingente debe de aislar estos grupos y evidenciar su actitud, ¿por qué? Simple y sencillamente porque la marcha no estaba convocada para eso. Porque se escudan en una movilización de masas para imponer a la inmensa mayoría conductas que no son aprobadas por los demás y después exigen su respaldo, exigen que no los señalen, que los apoyen e incluso buscan protegerse ante el contingente. Estas acciones son muy fáciles de infiltrar por la policía para reprimir un movimiento pacífico y legítimo.
Considero que los compañeros que crean en lo que ellos llaman “la acción directa” tienen todo el derecho a creer en ello, a practicarlo y a ejercer su tipo de lucha. Pero no escudados en una inmensa mayoría que no está de acuerdo con esa metodología e incluso la repudia, exponiendo a todos por igual a una represión que se evitó gracias a la prudencia de los diferentes contingentes que supieron diferenciarse de los grupos que querían imponer la confrontación.
Si los compañeros anarquistas quieren realizar estas acciones, que se convoquen explícitamente para ello, que vayan los que estén de acuerdo y que corran el riesgo que decidan correr sin exponer a quienes no comparten su visión. Además en algunos momentos sus acciones rayan en una cobardía inadmisible pues agreden a los grupos policiacos que se encuentran impedidos por órdenes superiores para defenderse, agreden a policías, seres humanos, que no les queda más que soportar la agresión.
Los miembros de las corporaciones policiacas también son explotados y pueden ser potenciales aliados si en lugar de agredirlos irracionalmente tratamos de convencerlos de sus situación de explotación y la posibilidad de cambiarla si luchan organizadamente al lado del pueblo. Estoy completamente de acuerdo con el derecho a la autodefensa, cuando el policía, en su papel de aparato represivo del Estado, agreden a los contingentes, estos tienen el derecho a confrontarlos y defenderse. Es incluso una necesidad organizativa, pero a un policía inmóvil, que únicamente está haciendo su trabajo, que no esta agrediendo, que se encuentra parado e impotente ante órdenes superiores que le impiden responder la agresión, agredirlo, me parece un acto de cobardía. Cobardía que se refuerza cuando dan a los policías la orden de defenderse y entonces los “valientes revolucionarios” que segundos antes los agredían a mansalva, corren despavoridos, y los que son detenidos se quejan y acusan de represión. El movimiento debe sustentarse en valores morales profundos, de otra forma no hay diferencia entre lo que somos y lo que combatimos, lo que pretendemos cambiar.