En la actualidad estamos viviendo el estallido de la peor crisis económica en la historia de los Estados Unidos y, ante el papel de dicha potencia en la economía mundial, la cual se he globalizado, podemos estar hablando de la peor crisis económica en la historia mundial. No son pocos los economistas que plantean que esta crisis superara al “crack” y “la gran depresión” de 1929. Los demás al menos hacen un parangón entre ambos.
Esta crisis desnuda las carencias del sistema capitalista neoliberal de producción y acumulación del Capital y sus grandes riesgos. Francis Fukuyama nos hablaba del fin de la historia, del fin de las ideologías. De que la caída del bloque socialista daba paso a una etapa de progreso, desarrollo y acumulación permanente e infinita del capital, así como de beneficios y prosperidad para los habitantes del mundo.
Sin embargo estamos en crisis, y una profunda.
Desde hace ya muchos años, la economía norteamericana no permitía que la gente mantuviera el “american way of life” o modo americano de vida. El sueño americano tenía límites y los estaba transgrediendo. Para lograr salvar las apariencias y mantener su hegemonía, los economistas norteamericanos recurrieron al plástico en sustitución del dinero líquido, a vivir de prestado, a tener un buen presente a condición de arriesgar el futuro.
Durante muchos años su dominio sobre las colonias o subcolonias con que cuenta en el mundo, la explotación sobre los países de tercer mundo o dependientes les permitió paliar ese déficit que sin embargo se seguía acumulando. Hoy la inmensa mayoría del pueblo norteamericano sin embargo, no es dueño ni de su casa (en la mayoría de los casos hipotecada), su coche (sacado a crédito) e incluso su ropa (pagada con VISA o Master Card). Los créditos al consumo les han permitido vivir una vida que no estaba al alcance de sus bolsillos, pero las deudas se acumulan y, tarde o temprano, los deudores no podrían pagar.
La crisis estalló por parte del sector inmobiliario, de las hipotecarias, el costo de las casas norteamericanas (como aquí en México) estaba muy por encima del poder adquisitivo de los trabajadores, sin embargo no había problema pues se otorgaban créditos al por mayor (como aquí en México, al menos en parte), lo que permitía a la gente adquirir vivienda, aunque en realdad no era suya (como aquí en México) sin embargo la gente no lo notaba. Estrenaba casa, pagarla, lo vemos luego. Sin embargo las altas tasas de interés así como la pérdida de ingresos netos en relación a los costos de la vida, poder adquisitivo pues, los fue llevando a dejar de pagar (como aquí en México). Las inmobiliarias empezaron a decomisar casas (como aquí en México). Pero el problema fue mayor de lo que esperaban, los números de los morosos rebasaron las expectativas de lo que podría considerarse un sano equilibrio financiero y el sistema colapsó, llevándose entre las patas al resto del sistema financiero norteamericano y, por consecuencia, mundial.
La crisis va a deprimir el mercado, aún si se aprueba el FOBAPROA gringo, lo único que se hace es adquirir más deuda, ahora en manos del pueblo mismo y a futuro, comprometiendo a generaciones posteriores que ya van a nacer hoy con esta pesada carga bajo sus hombros. Esto puede provocar, y muy probablemente lo hará, el cierre de empresas norteamericanas en territorio nacional, la baja en importaciones, que para nosotros son exportaciones, el 90% de ellas las tenemos con los gringos, la pérdida de empleos de aquel lado de la frontera, donde los más perjudicados serían, como siempre, los más vulnerables, es decir los migrantes, con la caída en las remesas al territorio nacional. Es decir la crisis nos va a arrastrar. De eso no nos cabe la menor duda.
En cuanto al sector inmobiliario más vale que en México se regule la cuestión. Actualmente si quieres comprar una vivienda no alcanza con el crédito INFONAVIT, así que hay que recurrir al banco y comprara a través de una SOFOL, pero con esto no se toma en cuenta la cantidad total de INFONAVIT, sino el llamado INFONAVIT puro, con lo que se redúcela parte que aporta la institución y pone más el banco, aumentado con una tasa de interés elevada. Tenemos el caso de personas que compraron casa hace 5 años con mensualidades de $2, 500 y que actualmente están pagado cifras cercanas a los $7, 000 cuando es evidente que los salarios no han subido en la misma magnitud. Lo anterior provoca que dejen de pagar y la inmobiliaria o el banco demanden y los expulsen de su propiedad, pero esto es un robo descarado a la gante a la par que representa un problema en el sector financiero que puede tender ala explosión a corto plazo.
México debe crear nuevas medidas, nuevas regulaciones una banca social y que instituciones como INFONAVIT, FOVIIISTE funcionen con un beneficio a los trabajadores y no como empresas lucrativas. México debe por otro lado, cada vez más ir limitando sus relaciones comerciales con los Estados Unidos y acuerdos desventajosos como TLCAN y sumarse a propuestas novedosas de intercambio comercial con contenido social como el ALBA o sin llegan a tanto pero con muchas mejores condiciones que los acuerdos actuales el MERCOSUR. Debemos apostar por un nuevo modelo, por un Socialismo del Siglo XXI, hoy queda más claro que nunca que el modelo neoliberal está agotado, desgraciadamente el aprendizaje costará el dolor y sufrimiento de millones de seres humanos, pero queda claro que, la frase “Socialismo o Barbarie” está vigente como tarea pendiente en la agenda social mundial.
Esta crisis desnuda las carencias del sistema capitalista neoliberal de producción y acumulación del Capital y sus grandes riesgos. Francis Fukuyama nos hablaba del fin de la historia, del fin de las ideologías. De que la caída del bloque socialista daba paso a una etapa de progreso, desarrollo y acumulación permanente e infinita del capital, así como de beneficios y prosperidad para los habitantes del mundo.
Sin embargo estamos en crisis, y una profunda.
Desde hace ya muchos años, la economía norteamericana no permitía que la gente mantuviera el “american way of life” o modo americano de vida. El sueño americano tenía límites y los estaba transgrediendo. Para lograr salvar las apariencias y mantener su hegemonía, los economistas norteamericanos recurrieron al plástico en sustitución del dinero líquido, a vivir de prestado, a tener un buen presente a condición de arriesgar el futuro.
Durante muchos años su dominio sobre las colonias o subcolonias con que cuenta en el mundo, la explotación sobre los países de tercer mundo o dependientes les permitió paliar ese déficit que sin embargo se seguía acumulando. Hoy la inmensa mayoría del pueblo norteamericano sin embargo, no es dueño ni de su casa (en la mayoría de los casos hipotecada), su coche (sacado a crédito) e incluso su ropa (pagada con VISA o Master Card). Los créditos al consumo les han permitido vivir una vida que no estaba al alcance de sus bolsillos, pero las deudas se acumulan y, tarde o temprano, los deudores no podrían pagar.
La crisis estalló por parte del sector inmobiliario, de las hipotecarias, el costo de las casas norteamericanas (como aquí en México) estaba muy por encima del poder adquisitivo de los trabajadores, sin embargo no había problema pues se otorgaban créditos al por mayor (como aquí en México, al menos en parte), lo que permitía a la gente adquirir vivienda, aunque en realdad no era suya (como aquí en México) sin embargo la gente no lo notaba. Estrenaba casa, pagarla, lo vemos luego. Sin embargo las altas tasas de interés así como la pérdida de ingresos netos en relación a los costos de la vida, poder adquisitivo pues, los fue llevando a dejar de pagar (como aquí en México). Las inmobiliarias empezaron a decomisar casas (como aquí en México). Pero el problema fue mayor de lo que esperaban, los números de los morosos rebasaron las expectativas de lo que podría considerarse un sano equilibrio financiero y el sistema colapsó, llevándose entre las patas al resto del sistema financiero norteamericano y, por consecuencia, mundial.
La crisis va a deprimir el mercado, aún si se aprueba el FOBAPROA gringo, lo único que se hace es adquirir más deuda, ahora en manos del pueblo mismo y a futuro, comprometiendo a generaciones posteriores que ya van a nacer hoy con esta pesada carga bajo sus hombros. Esto puede provocar, y muy probablemente lo hará, el cierre de empresas norteamericanas en territorio nacional, la baja en importaciones, que para nosotros son exportaciones, el 90% de ellas las tenemos con los gringos, la pérdida de empleos de aquel lado de la frontera, donde los más perjudicados serían, como siempre, los más vulnerables, es decir los migrantes, con la caída en las remesas al territorio nacional. Es decir la crisis nos va a arrastrar. De eso no nos cabe la menor duda.
En cuanto al sector inmobiliario más vale que en México se regule la cuestión. Actualmente si quieres comprar una vivienda no alcanza con el crédito INFONAVIT, así que hay que recurrir al banco y comprara a través de una SOFOL, pero con esto no se toma en cuenta la cantidad total de INFONAVIT, sino el llamado INFONAVIT puro, con lo que se redúcela parte que aporta la institución y pone más el banco, aumentado con una tasa de interés elevada. Tenemos el caso de personas que compraron casa hace 5 años con mensualidades de $2, 500 y que actualmente están pagado cifras cercanas a los $7, 000 cuando es evidente que los salarios no han subido en la misma magnitud. Lo anterior provoca que dejen de pagar y la inmobiliaria o el banco demanden y los expulsen de su propiedad, pero esto es un robo descarado a la gante a la par que representa un problema en el sector financiero que puede tender ala explosión a corto plazo.
México debe crear nuevas medidas, nuevas regulaciones una banca social y que instituciones como INFONAVIT, FOVIIISTE funcionen con un beneficio a los trabajadores y no como empresas lucrativas. México debe por otro lado, cada vez más ir limitando sus relaciones comerciales con los Estados Unidos y acuerdos desventajosos como TLCAN y sumarse a propuestas novedosas de intercambio comercial con contenido social como el ALBA o sin llegan a tanto pero con muchas mejores condiciones que los acuerdos actuales el MERCOSUR. Debemos apostar por un nuevo modelo, por un Socialismo del Siglo XXI, hoy queda más claro que nunca que el modelo neoliberal está agotado, desgraciadamente el aprendizaje costará el dolor y sufrimiento de millones de seres humanos, pero queda claro que, la frase “Socialismo o Barbarie” está vigente como tarea pendiente en la agenda social mundial.
2 comentarios:
Interesante tu opinión, aunque cerraste de forma muy unilateral, me hubiera gustado leer más variedad de soluciones al problema. Además una pequeña observación, das por hecho que todos tus lectores conocen el significado de todas las siglas que mencionas, cuando es deber del escritor aclarar el significado de todas ellas en su primer mención. Besos.
Es interesante la reflexión que haces, sobre todo en la parte que tiene que ver con la situación de los créditos hipotecarios en México. Sin embargo, me parece que tiene imprecisiones en la parte que tiene que ver con la situación de la crisis estadounidense. Al respecto, esta semana en Asaltando la red, se toca el tema económico, incluyendo algunas de las observaciones a este interesante texto que presentas. Saludos.
Publicar un comentario